Atlético Tucumán necesitaba un partido así. No sólo por los tres puntos, sino por la forma en la que se dio: sólido, contundente y sin sobresaltos. El 3-0 sobre Talleres en el “José Fierro” fue un alivio para jugadores, cuerpo técnico e hinchas que llegaban con dudas y tensiones a un duelo crucial pensando en la tabla general.
Fue, en cierto modo, una noche que trajo reminiscencias de aquel recordado 5-0 del 13 de febrero, cuando Lucas Pusineri debutaba en su segundo ciclo como entrenador. Aquella vez, el “Decano” había liquidado todo en un primer tiempo perfecto (4-0), y aunque ahora la diferencia en el descanso era de 2-0, la sensación era similar: el partido estaba resuelto.
Las similitudes no se detienen ahí. Al igual que aquella noche mágica, los goles de Leandro Díaz y Adrián Sánchez volvieron a aparecer en la red. El tercero llegó de la mano de Miguel Brizuela, que aprovechó una pelota perdida y no dudó en sacar un remate que terminó ingresando al arco con complicidad de Guido Herrera.
El triunfo fue un bálsamo. Atlético había sumado un punto valioso en Junín frente a Sarmiento, aunque en un partido cuesta arriba que había generado más dudas que certezas. Por eso, este 3-0 podría ser tomado como un envión anímico para un plantel que necesitaba recuperar confianza. “Hemos jugado bien en todas las líneas. Pero bueno, esto es un punto inicial para todo lo que venga”, expresó Brizuela, sin ocultar su felicidad por su gol y por el nivel mostrado por el equipo.
El defensor también resaltó la importancia de lo que significó aquel empate en Junín para llegar con otra mentalidad al cruce con Talleres. “Valió mucho el punto allá porque sumamos los tres ahora, estamos cargando confianza. Sabemos que esto se puede repetir porque tenemos un gran grupo”, sostuvo.
Su tanto, el segundo de la noche, fue un desahogo personal. “Iba pasando y cuando vi que me quedó ahí, estaba frente al arco y le pegué. Hubo un rebote, pero lo importante es que entró. Me siento cómodo con el grupo, con el cuerpo técnico, es un plantel muy unido y muy humilde. Cuando hay algo así en un grupo, el día a día se hace mucho más fácil”, destacó Brizuela, que parece muy afianzado en el equipo titular.
La victoria, además, tuvo un valor extra: llegó en medio de una relación con los hinchas que empezaba a tensarse por los flojos rendimientos. Esta vez, la conexión volvió a sentirse fuerte. “El apoyo de la gente es muy importante para nosotros. Un triunfo así se merecía el grupo y la gente también”, agregó el defensor.
Mateo Coronel coincidió en la lectura del encuentro. “Gracias a Dios validamos lo de Junín. Creo que lo ganamos porque desde el primer minuto buscamos siempre el arco rival, con mucha intensidad. Encontramos el gol rápido y ahí empezamos a jugar más tranquilos, con tenencia de pelota. Defendimos muy bien”, explicó el delantero.
Para Coronel, abrir el marcador temprano es una característica que define a este equipo. “El otro día ellos nos convirtieron temprano y se hizo todo cuesta arriba, pero este equipo nunca se da por vencido. Con Talleres estábamos obligados a salir con el cuchillo entre los dientes. Por suerte se nos dio”, remarcó.
El calendario no da respiro y ahora se viene Gimnasia en el Bosque, otro duelo que promete ser exigente. Brizuela lo sabe: “Es un partido muy difícil, pero tenemos que ir con la humildad con la que venimos trabajando. Hay que seguir soñando en grande, clasificar entre los ocho y dejar a Atlético lo más arriba posible”, finalizó el defensor central reconvertido en lateral.
Coronel también apuntó en esa línea. “Cada partido es muy duro, el fútbol de Primera es muy complicado. Ahora tenemos estos días para disfrutar con la familia, pero enseguida hay que pensar en el ‘Lobo’”, advirtió.
El 3-0 acomodó al “Decano” en la tabla y dejó muy buenas sensaciones. Ahora los hinchas esperarán la similitud más importante: que el segundo ciclo de Pusineri comience a ser tan auspicioso como aquel torneo de 2022 que lo tuvo como protagonista.